Lola Enrique recibe a este diario en la Casa de la Cultura. El despacho, donde se produce esta entrevista, con frecuencia está vacío. Y es que aquí es donde está su concejalía. Pero por motivos logísticos y para atender a todo el mundo, su despacho está en el edificio del ayuntamiento y lo comparte con la concejala de Atención al Ciudadano y Festejos, Pilar Gómez. Justo al lado, en una puerta contigua está el despacho del concejal de Tráfico y Juventud, Juan Francisco Moreno y acullá el despacho del alcalde, Eugenio Álvarez. En definitiva, está situada en un lugar estratégico donde poder intercambiar información y recibir a todas las personas y asociaciones que presentan sus proyectos, ideas o quejas.

A Lola Enrique se le podría denominar como la ‘multiconcejala’. Y es que desde enero lleva casi todo el peso de la gestión de la Concejalía de Urbanismo junto al alcalde, que es quien delega las funciones. Como ya tratamos en este medio, su antecesor, Fernando Fernández, comenzó a trabajar en la costa valenciana, haciendo incompatible su actual trabajo con la concejalía de Urbanismo en Calamonte, teniendo que dimitir de su cargo.

En su caso, la concejala afirma que «nosotros somos un equipo y al estar liberada puedo dedicarme exclusivamente al ayuntamiento en general y a la familia en particular». Dice la concejala que lleva dos días con fiebre e infección en los ganglios y confiesa que puede ser por unas últimas semanas de vértigo donde se han cerrado la mayoría de proyectos de urbanismo iniciados al principio de la legislatura.

«Nos ha venido todo junto y no es que se deje todo para el final. Cuando empecé con Urbanismo, no sabía que los trámites de esta concejalía llevaban tantísimo tiempo. Es diferente a la Concejalía de Cultura que, por ejemplo, con unos pocos meses de antelación se ejecutan los proyectos», afirma la concejala.

Un ejemplo es la obra de la piscina que, cuenta la concejala, fue en octubre del pasado año la primera vez que trataron el asunto con la arquitecta del ayuntamiento. «En un principio se llevaría a cabo un tipo de obra, luego nos enteramos que había técnicas nuevas. Así que, volvimos a pedir presupuestos. Entraba también la nueva ley de contratos, con lo cual teníamos que esperar a que los técnicos se familiarizaran con ella. Incluso, hablando con una compañera de la Junta me contaba que les estaba costando llevar a cabo proyectos por esta nueva ley». Y concluye que «no es que se haya dejado todo para última hora, es que los tiempos están marcados y con la piscina está todo tan programado, que llevamos dos días de retraso por las lluvias».

Gradas del estadio

Otro ejemplo son las gradas del Estadio Municipal de Calamonte, porque dice Lola Enrique que «los trámites comenzaron a finales de 2015. Luego, no queremos interrumpir la temporada de actividades de verano, pero las obras tienen sus tiempos. No contábamos con tener que derruir las gradas antes de tiempo, pero tuvimos que hacerlo». Y como dice la concejala, «luego está la parte económica, donde hubo que hacer una modificación de crédito para la obra de la piscina, destinando el remanente que teníamos en el ayuntamiento de 70.000 euros».

Además de estas dos obras que prácticamente ya están en curso, Lola indica que «la residencia de mayores ya tiene presentado el proyecto en el SEPAD y necesita un informe favorable de que cumple los requisitos para iniciar la licitación». La residencia de mayores es otro de los proyectos que inició sus primeros trámites en 2016. «Claro, todo esto son procedimientos que conllevan un gran esfuerzo por parte del personal del ayuntamiento que trabajan al 200%».

Por otro lado, varios vecinos calamonteños han hecho llegar a este diario que existe cierta inseguridad en la calle Calvario. ¿A qué se debe? La concejala ha querido contestar porque le toca de primera mano, ya que sus padres viven en la zona. En este sentido, Enrique afirma que «hay desórdenes por la noche, ha habido pequeños hurtos, avisan a la policía, pero los vecinos no interponen denuncia alguna en las dependencias policiales».

A falta de un año de las elecciones la concejala destaca el movimiento que ha tenido la Casa de la Cultura en estos tres años con más de 400 alumnos. Afirma que «cada uno hace lo mejor para el pueblo y he intentado que haya variedad cultural». Lola Enrique afirma que «hemos querido sacarle jugo a la cercanía con Mérida trayendo algunas obras clásicas a Calamonte, como, por ejemplo, ‘Edipo Rey’ o ‘Los Gemelos’. Otra de las obras que trajimos recientemente de producción extremeña y éxito a nivel nacional fue ‘Contra la democracia’.

Todas destacan por ser obras modernas. También hemos traído el ‘Rey León’ que tuvo un gran éxito y ‘La Bella y la Bestia’». Dice la concejala que muchas veces los vecinos no están acostumbrados a ir a la Casa de la Cultura, sobre todo en verano. Así que en julio de 2016 toda la calle Iglesia hasta la Plaza de España fue el escenario para representar ‘Noche de Ánimas’. «Aquella representación fue espectacular y me encantó ver a tanta gente joven acompañando la obra en su recorrido y disfrutándola todo el mundo».

A la pregunta de si la partida presupuestaria para su Concejalía de Educación y Cultura la ve suficiente, la concejala destaca que en su caso «se está invirtiendo muy bien en cultura. Eso sí, procuramos traer espectáculos de renombre y eso se ve en la programación que tendremos en junio y julio, que estará repleto de actividades».

Empleo

Según los datos ofrecidos por el Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE), Calamonte tiene en el mes de mayo de este año, 550 desempleados, 35 más que hace un año. De estos 550 parados, 340 son mujeres y 210 hombres. Según la concejala, que también se encarga de las bolsas de trabajo en el Ayuntamiento, «este pueblo se caracteriza por tener una tasa de desempleo más baja que los pueblos de alrededor. Y por otra parte, la temporada pasada se adelantó a mayo, pero este año debido a las últimas lluvias, se ha retrasado la recogida de la fruta y por eso la diferencia de 35 personas más desempleadas en relación al pasado año».

Por otra parte, Enrique destaca que «en el ayuntamiento de Calamonte rondamos entre las 160 y 200 personas empleadas».